En 2018, Halloween —uno de los nombres que ayudó a dar forma al género ‘slasher’— regresó con un filme que ignoró la exagerada cantidad de secuelas y reinicios que tuvo la franquicia, para ofrecer una mirada más o menos fresca del asesino Michael Myers. Funcionó bien y ahora tenemos la inevitable secuela, Halloween Kills: la noche aún no termina.
Es difícil innovar en un subgénero del horror como el ‘slasher’. Ya saben, esas películas en las que asesinos enmascarados —a veces con habilidades sobrenaturales— acaban con los protagonistas de las formas más violentas posibles. Las acciones de personajes como Jason, Freddy Krueger, Ghostface y el mismo Michael Myers se han vuelto repetitivas. Pueden hacer poco para sorprendernos a menos que den un cambio radical a sus ‘modus operandi’.
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