Películas post-apocalípticas tenemos por docenas. Es comprensible. En el último par de décadas ha aumentado mucho la ansiedad social a causa de problemas como el calentamiento global, la sobrepoblación y el agotamiento de los recursos naturales. Estas preocupaciones se traducen en historias sobre zombis invadiendo el mundo, virus que acaban con la humanidad y armas que lo destruyen todo.
La mayoría de estas películas, series y videojuegos comparten una ambientación triste y opresiva. Sin embargo, hay algunas que tienen una visión diferente del fin del mundo. Se “rebelan” contra lo establecido y aprovechan el apocalipsis con gracia y color. Algunos ejemplos son Zombieland, Mi novio es un zombi y la nueva película de Netflix: Amor y Monstruos (Love and Monsters).
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